La Búsqueda de la Resiliencia
Por: MSc. Cristian Leñeros TestartIniciamos por definir la resiliencia como la capacidad y condición de los individuos y sus ambientes para mantenerse sanos y reaccionar o recuperarse de manera positiva, incluso estando inmerso en situaciones desfavorables. Pero antes unas preguntas generadoras que nos permiten reflexionar. ¿Tiene el Club de Leones de Costa Rica una situación difícil?, ¿Cuáles son para usted las principales dificultades que enfrentamos?
En una época turbulenta como la que
estamos viviendo, la única ventaja en la que se puede confiar es en
la capacidad superior de reinventar el modelo de negocios antes que
las circunstancias nos obliguen a hacerlo. Alcanzar ese nivel de
resiliencia estratégica en las organizaciones o empresas no es
fácil…
Por muchos años las compañías
tuvieron y vivieron una estabilidad admirable. Ahora bien el hecho
que el éxito se haya vuelto menos persistente o duradero, es un muy
buen indicio de que el ímpetu ya no tiene la fuerza que tenía
antes.
En la actualidad las innovaciones
tecnológicas, los cambios en la regulación, los impactos
geopolíticos, los cambios abruptos en los gustos y preferencias de
los consumidores y las abundancia de competidores no tradicionales
son solo unos pocos ejemplos de las fuerzas que minan las ventajas
tradicionales de las empresas establecidas o las organizaciones de
servicio social como el Club de Leones.
Unos breves ejemplos, uno de esos es el
desafío que enfrenta Coca-Cola, mientras lucha por aumentar su
“porción de gargantas” en el mercado de las bebidas
(carbonatadas o no). Imagine cuantas opciones de bebidas tiene usted
hoy en el mercado, por cual razón te mantendrías consumiendo más
de los mismo. Otro ejemplo es la tarea que debe lograr McDonald’s
mientras intenta reactivar el crecimiento en un mundo con clientes
cansados de las hamburguesas, clientes que pueden ir desde alimentos
saludables, vegetarianos, veganos, hasta autóctonos, tradicionales,
artesanales, hasta los que prefieren cantidad a bajo precio.
Para todas estas empresas y para
nosotros los leones también, el éxito continuo ya no gira en torno
al ímpetu, sino que se basa en la “resiliencia”, en la capacidad
de reinventar de manera dinámica nuestros modelos de gestión y
nuestras estrategias, a medida que las circunstancias de los Leones
van cambiando.
Resiliencia Estratégica:
La resiliencia estratégica no se trata
de responder a una sola crisis, o reponerse de un contratiempo, sino
que es anticipar y adaptarse a las tendencias de cambio que pueden
dañar de forma permanente el modelo con el que servimos a nuestras
comunidades. Se trata de tener la capacidad de cambiar antes que la
necesidad se vuelva demasiado evidente o que ya sea demasiado tarde.
A las organizaciones exitosas, o con
una rica historia de éxito en particular aquellas que han disfrutado
de entornos relativamente buenos, se les hace en extremo difícil
reinventar sus modelos de gestión…
Los invito a buscar información sobre
el caso KODAK, una empresa que teniendo en sus manos una idea
innovadora, apostó por quedarse con la producción original que les
llevó al éxito, pero que les impidió ver el futuro.
Existe una ecuación muy importante en
cuanto a resiliencia:
La Magnitud y
frecuencia de la transformación estratégica
Tiempo,
costo y la energía emocional
Cualquier organización que espera
mantener su importancia en un mundo tan cambiante, no tiene más
opción que hacer crecer el numerador y reducir de forma constante el
denominador al mismo tiempo. Para prosperar en tiempos turbulentos,
las organizaciones se deben hacer tan eficientes en la renovación,
como lo son en la producción de los productos y servicios de hoy.
Ahora bien una reflexión para todos
los Leones, preste mucha atención. “La búsqueda de la resiliencia
no puede comenzar con el levantamiento de lo que hacemos bien hoy…
Las mejores prácticas de hoy son explícitamente inadecuadas. La
búsqueda debe comenzar con una aspiración”.
La meta es una organización como las
de los Clubes de Leones se fundamenta en que construya de manera
constante su futuro, en vez de defender su pasado exitoso. Usted
puede hacer referencia a su conocimiento del por qué el escudo de
los Leones tiene dos caras que miran en sentidos diferentes. La meta
es lograr cambios revolucionarios que se den a pasos evolutivos, de
manera muy rápida, sin sorpresas desastrosas, sin reorganizaciones
convulsivas, sin pérdidas colosales y sin despidos o pérdidas de
socios indiscriminadamente en todos los niveles de la organización.
En una empresa u organización
realmente resiliente, hay mucha emoción, pero nada de trauma. Me
imagino que esto ¿Suena imposible? La resiliencia es una meta tan
valiosa que las empresas se deben comprometer a hacerla alcanzable,
los clubes deben comprometerse a hacerla alcanzable, la gobernación
a facilitar los medios de cambio. Recuerde que pocas organizaciones
mueren por un hecho grave. La mayoría se desangran lentamente hasta
quedar sin fuerzas para reaccionar…
Cuestionemos hasta el momento algunos
hechos que venimos analizando. ¿Por qué se sorprenden? ¿Será que
el mundo no solo está cambiando, sino que lo hace en formas que
simplemente no se pueden anticipar, que llega a asombrar su nivel de
turbulencia? Quizás, pero incluso los golpes “inesperados” a
menudo se pueden anticipar si se presta atención. Hoy usted como
socio, su club o la gobernación precisa tener visión y capacidad de
anticipación. Se recomienda buscar el libro o el vídeo “quién se
comió mi queso”.
Un pista en el camino o si lo prefiere
en el laberinto: Las tecnologías prometen cambiar radicalmente la
forma de hacer las cosas…
Al igual que las empresas
revolucionarias, las organizaciones deben ser capaces de ver la
imagen más amplia de su futuro, anticipar el punto en el que la
curva de crecimiento se aplana de pronto o en el que un modelo de
negocios cumple su periodo. El hecho que contratiempos de desempeño
serios parezcan sorpresivos tan a menudo, sugiere que los ejecutivos
se refugian de forma frecuente en la negación. La negación pone en
espera el trabajo de renovación y con cada mes que pasa, la
dificultad aumenta. Para ser resiliente, una organización debe
reducir de forma drástica el tiempo que demora en pasar de la incredulidad a enfrentar el mundo tal
cual es.
Entonces, ¿qué se necesita para
romper un duro caparazón de negación?
Tres cosas:
1 OBSERVAR
Los dirigentes deben hacerse el hábito
de visitar los lugares donde ocurren primero los cambios:
¿Han estado en una empresa de
avanzada?
¿Han estado conversando con personas
de la alta sociedad?
¿Han estado conversando con políticos
de tendencias extremas?
¿Han tenido una conversación honesta
sobre los intereses de un joven de 18 años?
Es fácil descartar datos de fuentes
secundarias, pero es difícil ignorar nuestra propia experiencia.
A medida que la velocidad de cambio
aumenta, también lo debe hacer la energía personal que se dedica a
la comprensión de este.
2 BUSCAR ALI ADOS
Es muy probable que en la organización
haya personas que estén muy conectados con el futuro y comprendan
bien las consecuencias no tan optimistas del modelo actual. Hay que
encontrar a esas personas y asegurarse que los guardianes de las
convenciones no censuren sus visiones.
✤ Los que creen que trabajan para
proteger a los dirigentes de las verdades desagradables, bloquean el
acceso de estas personas.
✤ Hay que tener cuidado con las
personas que tienen un interés personal en que los tomadores de
decisiones no se enteren de las cosas, de los que temen que una
comprensión total de los cambios, los expone a su propio fracaso por
no haberlo anticipado o por la insuficiencia de su respuesta.
3 RECONOCER
Por último, se debe reconocer que el
deterioro de la estrategia es inevitable.
✦ En algunas ocasiones se le ha
escuchado decir a Bill Gates que Microsoft siempre está a dos o tres
años del fracaso.
✦ Quizás es una exageración, pero
el mensaje a su empresa es claro: El cambio hará que, al menos
algunas de las cosas que Microsoft hace hoy, dejarán de ser
pertinentes y será más temprano que tarde.
✦ A pesar que es fácil admitir que
nada dura para siempre, es mucho más difícil admitir que una
estrategia muy querida pase rápidamente de certera a poco
pertinente.
Importancia de la Variedad
La vida es la cosa más resiliente
sobre el planeta. Ha sobrevivido lluvias de meteoritos, movimientos
telúricos y cambios de clima radicales… Un alto grado de
diversidad biológica asegura que no importa lo que suceda en el
futuro, habrá al menos algunos organismos aptos para sobrevivir en
las nuevas circunstancias. Si el rango de alternativas estratégicas
que una organización explora es mucho menor que la amplitud del
cambio en el entorno, entonces la organización va a ser víctima de
las turbulencias.
La resiliencia depende de la
variedad.
Cambiar los tipos de proyectos que se
llevan a cabo, la forma de financiarlos, la forma de participar en
ellos, los líderes involucrados, los grupos a los que se dirigen,
etc, contribuye en gran medida a la búsqueda de la resiliencia.
Liberación de los recursos
Enfrentar la negación e incentivar las
nuevas ideas son excelentes primeros pasos… pero no sirven de nada
si no se liberan los recursos para apoyar una amplia variedad de
experimentos. Como todos los líderes saben, la reasignación de
recursos es un proceso intensamente político. Sin embargo, la
resiliencia requiere que lo sea cada vez menos. Las instituciones
flaquean cuando invierten demasiado en “lo que es” y muy poco en
lo que “podría ser”. Las estrategias tradicionales tienen
seguidores poderosos; las estrategias embrionarias no cuentan con
eso.
En la mayoría de las organizaciones,
el poder de un dirigente tiene relación directa con el recurso que
controla, por lo que perder recursos significa perder estatus e
influencia.
Por esta razón, es difícil contar con
el apoyo de quienes tienen que sacrificar recursos propios, para
asignarlos a nuevas iniciativas, sin importar lo atractivas que
puedan ser.
Como por supuesto no es digno parecer
egoísta, es común que los líderes oculten sus verdaderas
motivaciones, tras una fachada de prudencia y cuidado de los
recursos. Consideran los nuevos proyectos como riesgosos o que se
desvían del foco.
Los innovadores deben dar muchos
argumentos y pruebas de que sus ideas van a fructificar, pero
curiosamente, los que desean mantener el status quo, raramente deben
de dar explicaciones del uso de los recursos, a pesar del riesgo que
corren al invertirse en un modelo desgastado. La incapacidad
persistente de distinguir a las ideas nuevas de las arriesgadas,
refuerza la tendencia de las organizaciones a invertir en exceso en
el pasado. Si las fuerzas de preservación truncan siempre las
fuerzas de la experimentación, entonces pronto se encontrará
invirtiendo en estrategias moribundas y programas obsoletos. La
rigidez en la asignación es el enemigo número uno de la
resiliencia.
Una organización puede ser eficiente
en términos operacionales y ser ineficiente en términos
estratégicos. Puede maximizar la eficiencia de sus programas y
procesos existentes, pero no poder encontrar y financiar ideas e
iniciativas poco convencionales que puedan producir beneficios
incluso mayores. Liberar el dinero es una cosa, pero dárselo a las
personas adecuadas es otra. Todo esto es muy poco probable.
Esto requiere de:
1 Un jefe que no rechace de forma
concluyente la idea, por considerarla excéntrica o fuera de alcance.
2 Una idea que sea, a primera vista, lo
suficientemente “grande” como para garantizar la atención de la
plana directiva.
3 Líderes que estén dispuestos a
desviar fondos de programas existentes en favor de la idea poco
convencional
4 Una persona innovadora que tenga
sagacidad, carisma y astucia política para que haga que le aprueben
la idea.
Es importante asegurar que los
proyectos exitosos generen recompensas significativas a los que
participaron en él y que esa dedicación a la causa de la
experimentación siempre se reconozca de manera positiva.
Necesitamos abordar de manera
sistémica el desafío de la resiliencia estratégica.
Pregúntese:
• ¿cómo se refuerzan la variedad
estratégica, la experimentación a nivel general y la reorganización
rápida de recursos?
• ¿De qué forma se han hecho
presentes estos ideales en la capacitación, las mediciones de
desempeño y los procesos de gestión?
En la mayoría de los casos, no se ha
hecho. Es por esa razón que las fuerzas de la optimización rara vez
se encuentran con interrupciones en su lento caminar hacia la poca
pertinencia.
La resiliencia se convertirá en algo
parecido a un proceso autónomo solo cuando las organizaciones
dediquen la misma cantidad de energía en sentar las bases para la
renovación perpetua, que la que dedican a crear los cimientos para
la eficiencia operacional. Tal vez todavía hay personas que creen
que las grandes organizaciones no pueden llegar a ser verdaderamente
resilientes, que el objetivo que no haya trauma no es nada más que
una quimera. Me parece que estas personas están equivocadas.
Es verdad que el tamaño a menudo
protege a una organización de la necesidad de enfrentar verdades
duras, pero ¿el tamaño no puede también cobijar a las nuevas
ideas?. A veces el tamaño nos da una sensación inapropiada de ser
invencibles, lo que nos lleva a correr riesgos imprudentes. Por lo
general, el tamaño implica inercia, ¿pero no puede implicar
persistencia, también? El tamaño es una barrera para la resiliencia
solo si los que conforman las grandes organizaciones caen presa de la
ilusión de que el éxito es perpetuo en sí mismo.
Cualquier organización que pueda
comprender su entorno, generar opciones estratégicas y realinear sus
recursos de manera rápida, cuenta con una ventaja decisiva. Esta es
la esencia de la resiliencia, que resultará ser el gran salvavidas
en épocas de turbulencias, cuando las organizaciones enfrenten el
desafío de cambiar de forma más profunda y más rápida, como nunca
antes lo han hecho.
CONCLUSIONES FINALES
Entendiendo la génesis del Club de
Leones, es claro que este inició en grupos de empresarios y
profesionales, que se unían para retribuir a la sociedad en alguna
medida, el éxito alcanzado con sus empresas o ejercicios
profesionales. Sin embargo, esa relación de los empresarios con sus
comunidades ha cambiado dramáticamente en los últimos años. Hoy
hay mercados que exigen la Responsabilidad Social a sus proveedores y
por lo tanto la tienen que integrar a sus operaciones diarias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario